miércoles, 7 de abril de 2010

Llego a Roma en un vuelo de Iberia que deberia haber salido a las 7:25 de la mañana de la T4, pero que se retrasa una hora.¡¡¡Faltaria mas..... con Iberia hemos topado...o con la T4 o vete tu a saber con qué!!!! pero casualidades de la vida.....(y en esto me adelanto en el relato) el vuelo de vuelta desde Venecia, también de Iberia, también se retrasó, y no veinte minutillos o media hora, sino exactamente una horita.....¡¡¡¡que cosas que tiene Iberia, y yo echandole la culpa a la T4!!!! Pero bueno, yo estoy de minivacaciones y no voy a dejar que nada me las estropee.

Roma me recibe con un tiempo malísimo, con mucho viento, frio y unos cielos totalmente cubiertos. Y yo que pensé que ya estabamos en primavera y confiaba en la benevolencia del clima italiano.....Por si esto fuera poco, pillamos un atasco monumental y tardamos casi dos horas en llegar desde el aeropuerto hasta el hotel, situado cerca de la Villa Borguesse.

Este no era el hotel que yo tenia asignado desde España, y esto me descoloca aún mas, pues tengo que ubicarme y averiguar como trasladarme al centro, problema que ya tenia casi resuelto con el otro hotel que tenia perfectamente localizado, desde aquí, con el Google. Estaba empezando a deprimirme, mis primeras impresiones no eran muy buenas.

Por fin, a eso de la una del mediodia me dejan en el hotel. Despues de hacer el checking, bastante rápido por cierto, y de que los señores de la recepción, muy amablemente, me dieran un mapa indicándome donde estábamos y como ir al centro, empecé a encontrarme más confiada y tranquila. El hotel estaba muy bien comunicado por autobús, con la estacíon de Termini y con la Via del Corso, una de las principales calles de Roma.Tuve ocasión de comprobar que el trayecto hacia ambos lugares, duraba apenas unos siete minutos y sin ningún tipo de atascos. Menos mal!!!!Además, el hotel está bastante bien, un auténtico cuatro estrellas, que tratándose de Roma, creo que no está nada mal para empezar.

Tras darme una ducha, descansar un poco y comer alguna cosa que habia comprado en el aeropuerto, me dispuse a salir a patear Roma. Estaba agotada y el tiempo animaba a quedarse al calorcito de la habitación, pero tenia pocos dias y tenia que aprovecharlos. Asi que salí del hotel, comencé a caminar hacia el parque Borghesse, pues sabia que a poco mas de un kilómetro estaba la famosa Plaza de España, y hacia allí me dirigí.

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