viernes, 23 de julio de 2010

La visita panorámica de ese dia terminaba en la plaza de S. Pedro, y hacia allí nos dirigimos con el autocar de la agencia. Que casualidad que el autocar tenia la parada enfrente de una tienda de souvenirs, en la avenida de la Concialiazione , y claro, la guia nos aconsejó que entraramos en la tienda si queriamos comprar algo.la verdad es que ni la escuché pues nada más bajar del autocar me despedí de ella, y junto con otras dos personas más nos dirijimos hacia la Basílica de S. Pedro con la idea, claro está, de visitarla por dentro. Pero menuda sorpresa me llevé cuando ví la larguísima cola que habia, casi daba la vuelta a toda la plaza y, pensé que si esperaba en la cola perderia demasiado tiempo y solo me quedaba un dia y medio en Roma. Así que opté, junto con las otras dos personas que me acompañaban, por hacer la visita a los Museos Vaticanos con la esperanza de que al salir, la cola para la Basílica fuera menor. Así lo hicimos y nos dirigimos hacia la entrada de los Museos, que por cierto está bastante distante de la plaza y el camino se me hizo un poco largo.pero la verdad es que mereció muchísimo la pena. No habia nada de cola para entrar, ¡¡menos mal porque me estaba temiendo lo peor!!.
En la entrada compré una guia sobre estos museos pero debí perderla porque cuando llegué al hotel, por la noche, no la encontré. Todavia me pregunto en qué lugar y en qué momento la perdí.Y es que esta cabeza mia no tiene arreglo; entre lo emocionada que estaba por todo lo que estaba viendo y lo despistada que soy, lo raro es que no pierda la propia cabeza.
La plaza de S. Pedro me gustó muchísimo, es muy grande y se ve que está muy cuidada y limpia, a pesar de la cantidad de gente que la visita cada día.
En cuanto a los Museos Vaticanos, pues una vez más tengo que decir que me impresionaron más de lo que esperaba. Aunque tiene salas que parecen almacenes por la cantidad de piezas que tienen, la verdad es que está todo muy bien dispuesto y organizado y es una de las visitas en Roma que más me gustó y que tendré que repetir en un futuro, pues a pesar de haber estado algo más de tres horas dentro, se me quedaron bastantes cosas por ver.
De la Basílica de S. Pedro siento decir que no puedo opinar pues no pude entrar a verla. Al salir de los Museos me dirigí de nuevo a la plaza de S. Pedro esperando que la cola para entrar en la Basílica fuera menor. Pero me lleve una tremenda desilusión porque la cola, no solo no habia disminuido sino que habia aumentado.Así que esta será una excusa para volver a la Ciudad Eterna.







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