En la entrada compré una guia sobre estos museos pero debí perderla porque cuando llegué al hotel, por la noche, no la encontré. Todavia me pregunto en qué lugar y en qué momento la perdí.Y es que esta cabeza mia no tiene arreglo; entre lo emocionada que estaba por todo lo que estaba viendo y lo despistada que soy, lo raro es que no pierda la propia cabeza.
La plaza de S. Pedro me gustó muchísimo, es muy grande y se ve que está muy cuidada y limpia, a pesar de la cantidad de gente que la visita cada día.
En cuanto a los Museos Vaticanos, pues una vez más tengo que decir que me impresionaron más de lo que esperaba. Aunque tiene salas que parecen almacenes por la cantidad de piezas que tienen, la verdad es que está todo muy bien dispuesto y organizado y es una de las visitas en Roma que más me gustó y que tendré que repetir en un futuro, pues a pesar de haber estado algo más de tres horas dentro, se me quedaron bastantes cosas por ver.
De la Basílica de S. Pedro siento decir que no puedo opinar pues no pude entrar a verla. Al salir de los Museos me dirigí de nuevo a la plaza de S. Pedro esperando que la cola para entrar en la Basílica fuera menor. Pero me lleve una tremenda desilusión porque la cola, no solo no habia disminuido sino que habia aumentado.Así que esta será una excusa para volver a la Ciudad Eterna.





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