martes, 29 de noviembre de 2011

Tras la comida nos dirigimos a Pissa. En el camino se puso a llover de tal manera que llegamos a pensar que no podriamos salir del coche. Menos mal que, una vez allí, la lluvia amainó un poco y aunque no dejaba de llover, pudimos visitar el lugar con el paraguas en mano, claro. A pesar de la lluvia habia enormes colas para entrar en cada uno de los edificios, incluida la famosa Torres de Pisa, asi que me quedé con las ganas de ver el interior de la Catedral, el Batisterio y la propia Torre Inclinada. Aún así, el lugar, la plaza de Miracoli ( asi se llama la plazza en la que se encuentran) me pareció una maravilla, toda ella muy cuidada y los edificios en perfecto estado, sin signos de abandono o deterioro importantes.

Aqui dejo algunas fotos

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