viernes, 21 de mayo de 2010

Tras haber admirado y fotografiado a placer la Fontana de Trevi, me sentia demasiado cansada para continuar recorriendo la ciudad y decidí que ya era hora de regresar al hotel. Tenía los pies hechos polvo, y aún, para regresar al hotel tenia que ir hasta la estación de Termini para coger el autobús. De manera que todavia me quedaba una buena caminata.

De camino hacia la estación aún pude ver algunos lugares característicos de Roma, como son la Piazza de la Colonna, con la columna de Marco Aurelio en el centro, y el cruce de las vias delle Quattro Fontane y del Quirinal. Este cruce de calles se caracteriza por tener en sus cuatro esquinas, estatuas representativas de cuatro grandes rios, entre ellos el Tiber que es el rio que divide Roma en dos, y el Nilo.



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